Un estudio publicado en el British Journal of Sports Medicine destaca que aumentar la fuerza muscular y mejorar la aptitud cardiorrespiratoria puede reducir significativamente la mortalidad en pacientes con cáncer. Investigadores de una universidad de Australia, analizaron datos de casi 47.000 pacientes, observando que aquellos con mayor fuerza y mejor condición física presentaban entre un 31% y un 46% menos riesgo de fallecer.
Cada incremento en la fuerza muscular se asocia con una reducción del 11% en el riesgo de muerte, siendo especialmente beneficioso en cánceres avanzados (estadios 3 y 4), donde el riesgo disminuye hasta un 46%. En casos de cáncer de pulmón o digestivo, la reducción oscila entre un 19% y un 41%. Asimismo, una mayor aptitud cardiorrespiratoria está vinculada con una disminución del 18% en la mortalidad específica por cáncer.
Según señalan expertos en ejercicio oncológico, la actividad física no solo previene ciertos tipos de cáncer, sino que también mejora la calidad de vida durante y después del tratamiento. El ejercicio ayuda a mitigar efectos secundarios, combatir la fatiga, mantener un peso saludable y fortalecer el sistema inmunológico.
Pese a estos beneficios, la Organización Mundial de la Salud advierte que una de cada cuatro personas adultas no realiza suficiente actividad física. Esto subraya la importancia de promover hábitos activos, especialmente en pacientes con cáncer, ya que podría integrarse como parte de los tratamientos para mejorar la supervivencia y el pronóstico.