Brujas maléficas, calabazas andantes, espeluznantes fantasmas, monstruos, momias y un sinfín más de seres terroríficos se han paseado por Huércal de Almería este domingo con total libertad ansiosos de disfrutar de una tarde noche terroríficamente divertida.
El municipio recuperaba, tras un año en blanco debido a la Covid-19 que obligó a suspender las actividades en la calle, la celebración popular de la “víspera de todos los santos”, conocida como Halloween, celebración también denominada como “Noche de brujas”.
Una fiesta de origen celta íntimamente relacionada con la cultura anglosajona e importada a nuestra cultura en las últimas décadas.
Halloween ha encantado a niños y a mayores que no han perdido la oportunidad de disfrazarse para pasar una tarde de miedo.
Uniéndose todos al pasacalles liderado por espeluznantes muertas vivientes que divertían al público con sus escalofriantes bailes. Eran integrantes del grupo de baile de Roquetas de Mar, Kalesi, un grupo pionero de pasacalles, baile moderno, exhibiciones, festivales y animación.
Un pasacalles en el que no faltó la tradicional charanga, de la mano de Charanga los Notas – Canjáyar, para disfrute de todos los asistentes que llegaban por el Bulevar del municipio hasta el Teatro Multiusos, desde donde saldría el pasacalles, recorriendo todo el Paseo del Generalife para regresar al punto de partida y cerrar con nuevas actuaciones en el escenario del Teatro del grupo Kalesi.
Punto además en el que se hizo entrega, bajo la atenta mirada de cientos de espectadores, de los premios del concurso de disfraces de Halloween. Los mejores disfraces fueron: infantil para Coco, juvenil para un terrorífico ángel rojo, adulto para una magnífica caracterización de un vampiro, Maléfica se alzaba con el premio a disfraz de de pareja, el de grupo fue para la mítica Familia Addams, y un último premio para el disfraz más original.
Pero no fueron las únicas actividades. En la explanada junto al Teatro Multiusos gigantescos hinchables, ponían a un más color a una noche de miedo y diversión. Además, laberinto circense del terror. Un auténtico pasaje del terror, muy colorido por fuera, al que daba entrada una gran carpa de circo y al que esperaban para entrar ansiosos cientos de personas.
Y para recuperar fuerzas nada como un buen algodón de azúcar o las tradicionales castañas asadas que se podían adquirir junto al Teatro en el puesto instalado ahí.
Sin duda, Huércal de Almería se convertía en el centro provincial del terror, ya que entre los miles de asistentes que se dieron cita en el entorno del Teatro se encontraban personas de municipios vecinos en los que no se celebraban actividades para conmemorar la “Noche de las Brujas”.
Además, las calles aledañas estaban repletas de niños que a la voz de “truco o trato” pedían dulces por las casas de la zona.
Una tarde-noche mágica en la que la ilusión y diversión de mayores y pequeños era más que evidente y donde no faltó la originalidad, hubo disfraces tan terroríficos como el de un joven vestido de Endesa, y es que, a quién no le da miedo la compañía eléctrica.
